martes, 5 de agosto de 2008

Visión Emergente de la Educación en el Ámbito Sociopolítico Contemporáneo

Memoria Crítica
Constitución del Sujeto Histórico

Los Movimientos Sociales (MS) como agrupaciones no formales de individuos u organizaciones dedicadas a actividades político-sociales que tienen como finalidad el cambio social; pueden concebirse como estructuras de transformación social que tienen su origen en las crisis de las organizaciones de izquierda principalmente en los partidos políticos, sindicatos, como grupos ecologistas, feministas, de derechos humanos, pacifistas, antiglobalización, entre otros. No obstante, en la unidad II del curso Visión emergente de la educación en el ámbito sociopolítico contemporáneo, se busca indagar sobre movimientos tales como el Zapatista en México, los sin tierra en Brasil y los barrios de a pie en Argentina.
Bajo este contexto, el propósito fundamental de esta memoria crítica es revisar las posiciones de estos movimientos sociales, es decir, lo que ellos representan, lo que hacen, lo que dicen, lo que rechazan y la manera como se relacionan y unen entre si para crear espacios sociales mayores.
La posición de Eduardo Luís Nachman (2004) sobre “Las escuelas primarias autónomas zapatistas, se fundamenta en resaltar los principios de estas escuelas primarias y parte de dos premisas: la primera educar produciendo y la segunda educar aprendiendo. Lo que indica que la filosofía de estas escuelas primarias se sustenta en que la lucha hacia la liberación de los pueblos esta (á) en la educación y formación; es decir, los contenidos se trabajan a la luz de la supervisión de los ancianos, quienes con su experiencia y vivencias, evidencian la propia realidad cultural e idiosincrasia de su pueblo. Asimismo, hace comparaciones en cuanto a las escuelas tradicionales señalando que el estado obliga a los pueblos indígenas a estudiar y valorar la cultura occidental sin que importe la propia. Por ello, es fundamental que se rescaten los propios valores históricos de los antepasados, de tal manera, que la educación cree conciencia de lo necesario que de (es) permitir la vida y la participación de los otros...
En estas escuelas el régimen de estudio esta dividido en tres etapas y estas en seis niveles (similares a las argentinas) en las cuales no hay limite de edad. Aquellos que culminan la primaria pasan a la secundaria zapatista y al igual que las primarias se destaca las luchas latinoamericanas. Es el lugar donde los niños son mas reflexivos mas analíticos, reciben instrucción sobre autonomía, rebeliones democracia , dignidad, injusticia. El plan educativo zapatista se basa en el trabajo territorial en contraste con el enfoque globalizador.
La formación de los educadores de las escuelas zapatistas se preparan a través de intercambio alrededor del mundo en los denominados caracoles, basándose en las premisas de: Nadie educa a nadie / Nadie se educa solo. Por lo cual, es el trabajo colaborativo y la sistematización de las experiencias entre todos, la que permite que se concientice a todos por igual, bajo una concepción de fraternidad.
Por su parte, el Subcomandante Marcos en la velocidad del Sueño (Parte I): se refiere a lo que él denomina la “IV guerra mundial” y que evalúa como la guerra que libra los modos económicos del Neoliberalismo en contra de la Humanidad, cobrando victimas a todo lo ancho del globo terráqueo. Tanto en América Latina, como en Asia, Europa, lejano Oriente, África, donde prevalece la supremacía financiera por encima del derecho a la vida. Por ende se pretende destruir, despoblar espacios geográficos para reconstruir y reordenar de acuerdo a las necesidades económicas del mercado. Surgiendo así la hegemonía del dinero, de la muerte, es decir, el programa neoliberal de destrucción, desolación y caos. De allí, la importancia de rescatar y aferrarse al acervo histórico-cultural de los pueblos como una manera de contrarrestar los efectos del neoliberalismo.

Asimismo, el Subcomandante Marcos en La velocidad del sueño (parte III)
Identifica otra aberración contra la libertad de los pueblos, esta no es otra que los “medios de comunicación”. Con este criterio, parte de los conceptos que manejan las elites de los medios masivos conocidos por el club de las caricias mutuas “donde la critica fue suplantada por el escándalo mediático”, estructura donde prevalecen juicios de valor que justifican la acción de la trivialidad y de lo sin razón. Los mismos abordan los problemas de la guerra y la pobreza, con ligereza para no despertar el interés del colectivo, es decir, trastocando la reflexión profunda y convirtiendo la realidad en una simple opinión “estéril y deformante”. El autor destaca la transformación del analista intelectual de derecha en manipuladores de la información y traducen esa manipulación en poder.
Sin embargo, es bien cierto que el nacimiento de conciencia ante tantas mentiras a través del denominado sueño zapatista “una vida digna, una vida mejor donde exista la igualdad social, es decir, la democracia, la justicia, la libertad de obreros, campesinos, empleados, jóvenes, mujeres y niños”; se logra sin imposición de nadie, ni de nada solo la razón de la ética es el principio de dirección de los ideales mas íntimos y donde no se denigre a ningún individuo, sin importar su sexo o condición social de lugar en la humanidad.
Otro aspecto álgido lo trata Leonardo Boff en Autocrítica, relatando el suceso que le permitió develar la realidad detrás de los muros de la religión, al declarase victima del cuestionamiento y hostigamiento por parte del clero católico, hasta su salida de la orden sacerdotal, a pesar de lo convencido de su vocación. De esta manera, se inicio como teólogo y escritor paseándose por diferentes espacios de enseñanza dentro de los medios pobres y populares, dictando los cursos de filosofía, de ética y religión y cuya bandera fue la búsqueda de la justicia, la igualdad, la educación para todos.
Raúl Zibechi (2004) en su escrito Los Movimientos Sociales una Aproximación Ontológica, hace referencia a su posición acerca de la concepción de lo que significa los movimientos sociales destacando que la misma, es el movimiento de la sociedad, donde las vivencias colectivas abren de manera continua nuevos espacios de reflexión, enlazados por la convivencia, la acción del sentir y el pensar colectivamente en una nueva visión del mundo para el futuro, donde destaca una nueva categoría organizativa de espacios humanos donde se “evidencian identidades específicas” y la concepción del ser humano como un ser en relación, mas que un ser individual, en el cual prevalecen los valores como la solidaridad, cooperación, en oposición con el individualismo competitivo cuyo fetiche es la actividad económica occidental. Vislumbrándose el ser humano desde la interpretación de su cotidianidad haciéndose cada vez más humilde, más amoroso.
Por su parte, De la Torrientel (2005) internaliza la importancia de la integración de acciones diferentes es decir, “la auto-organización (acción desde adentro) y la lucha y la denuncia cotidiana (acción hacia fuera)”. Dando cabida a la organización de los diversos grupos humanos desde las bases bajo la premisa de “todo el poder para el pueblo”. Donde las decisiones sean compartidas por la mayoría con pleno respeto de las minorías.
De igual manera, la proyección de esta concepción a través del dialogo permanente en búsqueda de la “América posible”; en el cual se conjuga el mundo de los movimientos sociales, en su esencia, en su ontología. En la lectura se describe el ser en la sociedad, la relación entre seres humanos, con preeminencia en la vida cooperativa y solidaria por encima del individualismo, la estratificación, las desigualdades y la injusticia. La concepción de libertad implica las mejores condiciones para que se enaltezcan los valores trascendentales del hombre, como por ejemplo el respeto a la naturaleza y a la vida.
Asimismo, se piensa la economía comunitaria como una política para asegurar beneficios para todos, bajo la premisa de la participación y el protagonismo social de los colectivos, en la cual no exista clases o sectores sociales privilegiados y el liderazgo se de en función de lo social. A tales efectos, el liderazgo coordinara las acciones pertinentes para el logro de la estabilidad y el crecimiento de todos. Por lo que, el modelo social estará constituido por las sociedades existentes y las experiencias locales (movimientos de trabajadores) como pueblos que viven su cotidianidad.
Sin embargo, no se puede negar la existencia de una oposición centrada en el neoliberalismo, que desde lo económico domina lo político, favoreciendo el mercado ante lo humano y desmeritando las relaciones religiosas, afectivas sexuales, familiares, etc., con lo cual se persigue imponer un modo de producción que aparentemente provea calidad de vida, al individualismo y el antagonismo de la sociedad cultural. En este sentido el modo de producción capitalista, que da lugar a la fuerza laboral como mercancía, se opone a los movimientos sociales emergentes y, a lo novedoso del capital social colaborativo. Agentes como el estado como garante del marco legal que priorice al mercado sin la asistencia del papel regulador.
La idea del capital y la propiedad de los medios de producción por encima de la participación del colectivo. La acentuada intromisión de la competencia que excluye a la mayoría de los asuntos políticos sujetando al colectivo a la miseria y a la carencia.
Todos ellos merecen especial atención para la transformación, pues son los pilares de la resistencia y de la dominación de un mundo irreal. Por ello la acción deberá estar dirigida a la “defensa y consolidación de los espacios “geográficos bajo la concepción de una verdadera libertad. Solo así se considerara los cambios ontológicos y el estratégico” (Procedimental de producción).
La disertación de los Movimientos sociales en cuanto a la manera de unificar fuerzas para crear otro mundo posible se resume en las palabras de Adolfo Pérez, premio Nobel de la Paz, cuando refiere que el redescubrimiento y el respeto de la diversidad de los pueblos se plasman en el acuerdo del foro social que rechaza “el proyecto de muerte, exclusión y dominación, y apoya el de integración y defensa de nuestra cultura y por ende de la humanidad”.
En este contexto, el punto de reflexión en este siglo XXI es considerar más cercano el ocaso del Neoliberalismo, sus ideas, su prolongada hegemonía y sus políticas de dominación global, para dar cabida a la esperanza y al rescate del ser de la humanidad representada en los movimientos sociales.
Desde la perspectiva de los movimientos sociales, ya referidas abordemos el significado de la constitución del sujeto histórico, concibiéndose al mismo como un permanente de identificación con una historia, un presente y un futuro que se puede reconocer desde nuestro propio posicionamiento e identidad. En este sentido, se puede hablar de tiempos históricos, periodos y coyunturas en los que el sujeto social que se identifique tenga mas o menos acción, menor o mayor relevancia con respecto a la construcción de su proyecto de futuro, mejor o peor ubicación en la correlación de las fuerzas políticas, ser generador de iniciativas o bien seguidor de otras, ser sujeto u objeto de la solidaridad de otros actores.
Visto de esta forma, la constitución del sujeto social se da desde y a partir del lugar que ocupa en lo social, en lo político, lo cultural y en el espacio simbólico de otros sujetos; por lo que la constitución del sujeto, más que un conjunto de propiedades es una dinámica de transformación. Es la subjetividad del sujeto que se pone en movimiento a través de la acción y el pensar.
Cabe hacerse la siguiente pregunta ¿Quiénes estamos llamados a asumir este inmenso desafío? Por supuesto que todos, desde nuestros diferentes ámbitos, ocupaciones, experiencias, conocimientos y orientaciones. De hecho, en Venezuela se están dando una serie de agrupaciones sociales abocadas al mejor uso y defensa de nuestros recursos como lo son las mesas técnicas de agua, los consejos comunales, comités de tierras urbanas y rural en el marco de las políticas de vivienda; los Comités de Salud en el marco del programa Barrio Adentro; los Comités de Alimentación en el marco de MERCAL, los Comités de Protección Social, para apoyar la Misión Negra Hipólita y muchos otros en diversos programas, hasta tal punto que incluso se solapaban unos programas con otros, amén de la acción que intentaban otras estructuras ya existentes tales como las juntas parroquiales y los centros municipales de atención integral, y actualmente se empiezan a conformar las mesas técnicas de energía, comunicaciones y desechos sólidos.
El horizonte social a vislumbrar en Venezuela, deberá estar fundamentada en la identificación plena de sus pobladores, mediante una cultura que cultive, fomente y acepte valores éticos y morales, que actúen como soportes y referentes para preservar el orden de la sociedad. Su aceptación y cumplimiento hacen más soportable las tareas que los individuos deben cumplir, a la vez, que conserva a los individuos en el grupo, limita la acción del indiferente y el peligro de los disidentes. En este sentido, se dice que los valores expresan la tensión entre el deseo (del individuo) y lo realizable (en lo social). Tal tensión es productiva mientras los individuos puedan representarse su propia existencia y darse una imagen estable y duradera de sí mismos, lo que es posible con una memoria atenta que reactualice e integre de manera permanente los acontecimientos fundantes de su propia identidad y los proyecte como orientación hacia acciones futuras responsables y creativas.
De lo ello, podemos percibir hoy que de los aspectos de ese horizonte ya presentes en nuestra cotidianidad es la imperiosidad de actuar bajo la concepción de comunidad organizada para lograr mejoras en nuestro nivel de vida en cuanto a la vivienda, la salud, los servicios básicos, la seguridad, lo cultural, la educación y lo económico.
En consecuencia, lo formativo que hay que abordar gira en torno al aprender a crear, nuestros propios modelos nuestra propia libertad; aprender a convivir, a participar a poner por encima lo colectivo a lo individual; aprender a reflexionar y asumir una postura crítica; aprender a apreciar y rescatar nuestros valores, tradiciones e idiosincrasia; de lo que se desprende que el aspecto formativo se convierte en una potencialidad transformadora del sujeto histórico, del sujeto social bajo un concepto de solidaridad.
Nuestra realidad histórica, nos ha demostrado cómo lo formativo nos lleva a cambiar la sociedad y a transformarnos a nosotros mismos, pues somos consecuencia de nuestras acciones. (Carrancio, Núñez, Pérez, Octubre 2003) refieren que:
La identidad colectiva es siempre, en los entes históricos, un tejido multigeneracional de relaciones humanas según condiciones de un entorno físico y posibilidades de un medio técnico, siendo ambos aspectos transformables. La fuente de toda identidad de tipo histórico global son sistemas concatenados de redes culturales de las que nacen continuidades por relevancias que sólo por un lapso son invariantes. (p. 3)

A tales efectos, los movimientos sociales o populares no son sujetos históricos por puras razones objetivas, es decir, por el hecho estructural de ser explotados económicamente, sino que se constituyen en tales a través de un proceso de lucha, de maduración y autoeducación. En este sentido, la educación popular debe desarrollar un proyecto político que participe en los proyectos que expresan el poder popular. La educación popular es un movimiento cultural muy importante que privilegia la dimensión cultural de los procesos, promoviendo de este modo la constitución de los sujetos como protagonistas de su propia educación y de la educación y transformación de la sociedad.
En términos generales, los movimientos sociales a lo largo de la historia han participado en el cambio y transformación de lo que hoy somos y seremos como sociedad; éstos son absolutamente necesarios en la reflexión y procura de un mundo más humano, donde la educación y formación del ciudadano esté en equilibrio con la naturaleza y con la diversidad cultural de los pueblos; en ello, es fundamental el respeto y aceptación de ese mundo heterogéneo donde todos tenemos cabida, y que sólo de manera conjunta y articulada podemos cuidarlo, evitar las guerras y consolidar nuestra evolución. Como sujeto histórico.

Referencias

Carrancio, B., Núñez, M. y Pérez, E. (2003). Sujeto histórico y Solidaridad. Fecha de consulta: 2008, junio 02. [Disponible en: http://www.fhuce.edu.uy/public/actio/Textos/II-1/Carrancio.pdf].

Lecturas Referenciales
El movimiento sin tierra - Sergio Ferrari (página web).
La utopía revivirá para un cambio social -María F. Hinojosa y Carlos Pazmiño (página web)
Autocrítica - Leonardo Boff
Escuelas primarias autónomas zapatistas - Eduardo Luis Nachman
La velocidad del sueño, parte I - Comandante Marcos
La velocidad del sueño, parte III - Comandante Marcos
Los movimientos sociales: una aproximación ontológica -
Movimientos sociales discuten como unificar fuerzas para crear otro mundo posible - Jorge Pereira Filho Neoliberalismo vs. Movimientos sociales en América Latina - Atilio A. Boron

Caracas, junio 2008

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