martes, 5 de agosto de 2008

Visión Emergente de la Educación en el Ámbito Sociopolítico Contemporáneo.

Memoria Crítica

SUJETO PEDAGÓGICO

El objetivo que perseguimos, en atención a la solicitud de la unidad 1, del curso “Visión emergente de la educación en el ámbito sociopolítico contemporáneo”, es dar a conocer, en torno a nuestra experiencia, cómo se constituye hoy el sujeto pedagógico, en función a los siguientes aspectos: maestro, estudiante, contenido y evaluación.
Se entiende como sujeto pedagógico al conjunto de elementos y funciones que conforman y se producen en el proceso educativo, siendo su principal razón la acción formativa que proviene de la interacción entre los actores: rectores, comunidad, directores, docentes, estudiantes, etc., y factores del aprendizaje: rendimiento escolar, praxis educativa, niveles de escolaridad, sociales, tecnológicos, etc.
En atención al objetivo se puede señalar que los educadores, al igual que los educandos, como actores en la educación, emergen de la raíz de cada pueblo, su estructura y formación está dada en función a sus aspiraciones, por los ideales del entorno y la praxis educativa, en la cual intervienen, entre otros, los contenidos y la evaluación.
Puesto que abordar el planteamiento solicitado es de gran amplitud por la variedad de actores y factores que intervienen en el hecho educativo, nos centraremos en el análisis de la cuaterna armónica que debe existir entre: educador-educando-contenido-evaluación, como sujeto pedagógico. Para la investigación el grupo consideró necesario revisar la posición asumida por distintos actores, así como, los aportes o propuesta presentadas para cada componente de la cuaterna y las relaciones presentes entre ellos y luego constatar con nuestra práctica educativa. Asimismo, la selección se realiza a partir de la década de los ochenta, por corresponder al momento de la promulgación de la LOE vigente y es el periodo, además, de nuestra iniciación y desarrollo profesional.
Resumen Analítico

1.- Estamos de acuerdo con el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, en referencia a que la educación como función de la comunidad, como actividad social, se cumple siempre en todas partes y agregaríamos en todo momento, porque todo ser humano desde que nace hasta que muere se está formando para desarrollarse y participar. En referencia a que señala que lo indispensable del trabajo del educador es el conocimiento del alumno y su posibilidad de educación, consideramos que esto es lo necesario pero no hay conciencia en los entes involucrados, para su efectividad. Con relación a la educabilidad y a las distintas doctrinas filosóficas, lo importante debe ser atender la formación del educando, de acuerdo a sus características y necesidades en el proceso de educación.
Coincidimos en el señalamiento de que en el proceso educativo se forma la personalidad del niño, bajo la orientación del educador y que por lo tanto este debe poseer cualidades especiales, que condicionen su acción y en efecto no se nace maestro se hace y debe poseer, además de la cuatro características esenciales siguientes: confianza en la educación, fe en el porvenir, confianza en las posibilidades educativas, capacidad creadora; enseñar aprendiendo, con interés y esfuerzo que es lo que produce satisfacción.
Se comparte la opinión que pretendió la promulgación de la LOE, en nivelar a todo el magisterio y considerar la posibilidad de hacer a los docentes ciudadanos dignos.

2.- En referencia al estudio presentado por el Consejo Nacional de Educación al informe de la Comisión Presidencial del Proyecto Educativo Nacional, que considera las insatisfacciones que presenta el sistema educativo, concurrimos con ellos. Sin duda es un error creer que todos los educandos tienen las mismas características para participar y suponer que el problema es el niño y no el contexto, cuando pueden ser ambos y existir otros de igual trascendencia. Es cierto que en gran medida las dificultades de aprendizaje son dificultades pedagógicas; pero lo determinante para la calidad de la educación no es solo la preparación del maestro, también influyen los factores emocionales del educando, los contenidos y la evaluación, según el contexto del sujeto pedagógico considerado.
Por otra parte, pensar que no hay una progresividad notable entre los estudiantes, de los diferentes niveles educativos, por la formación de los maestros, puede ser no cierto, porque sabemos que existen otros elementos dentro del proceso educativo que también son determinantes.
Compartimos la tendencia de que los estudiantes prefieren los medios audiovisuales a la comunicación oral y escrita por sus limitaciones en lo relacionado con el dominio de la lengua y su capacidad de lectura.
Es cierto que el Ministerio de Educación, junto con la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, han realizado acciones para homologar los diseños curriculares para la formación de docentes y en administrar programas para los que están en servicio, pero ha sido poco efectivo; lo que se incorporan al campo laboral presentan deficiencias y para los que están en servicio su participación ha sido poca, no hubo la motivación requerida o no recibieron la información.
Respecto a la participación del Estado en las televisoras, para que transmitan programas educativos y coadyuven al mejoramiento de los docentes y de los alumnos convenimos en que es indispensable, pero también lo son otros medios, como la radio y la prensa escrita.

3.- Es incuestionable, como lo señala el ilustre educador Prieto Figueroa, que la educación es el camino en el continente para la seguridad y la libertad, pero debe serlo para toda la humanidad, en función a la convivencia y la cooperación. Sin duda que hay que cambiar a la sociedad por una más humana, pero principalmente su mentalidad, y no solo pretender cambiar la educación. Si la educación como actividad colectiva, la rigen normas fijadas por la sociedad y el Estado determina las condiciones de satisfacción, entonces deben haber mejores acuerdos y acciones, sin restricciones.
No es errado decir que una escuela es lo que son sus maestros, por el liderazgo que ejerce el maestro, esta condición lo faculta para formar conciencia ciudadana y orientar la sociedad; de allí que presenten especial significación en todas las constituciones, como lo señala el Maestro Prieto y es claro que deben formarse más y mejores docentes y no es solo darle preparación, sino colocarlo en una situación que lo haga ser ciudadanos.

4.- Compartimos la inquietud que recoge la ponencia hacia los 50 años del Colegio de Profesores de Venezuela, cuando indica que son varios los problemas que presenta el sistema educativo y que lo llevan a una crisis profunda, pero esos reclamos urgentes y efectivas soluciones deben ser asumidos por todos y no solo por los entes oficiales.
Es cierto que será sombrío el futuro para las generaciones por venir, sino se produce solución a corto o mediano plazo; será una triste herencia la que recibirán por los problemas sociales, si se mantiene el modelo de desarrollo en lo económico y socio-político.
Convenimos en que no es apropiada la concepción actual del sistema educativo, por las erradas políticas y prácticas pedagógicas cumplidas, pero la desatención hacia los gremios docentes por parte de las autoridades educativas, es producto de la orientación política que estos han tenido, obviando sus principales funciones o razón de ser. Y en efecto todo esto altera el normal funcionamiento de los planteles educativos y perjudican: alumnos, maestros y comunidad; complementado con la influencia deformante que producen los medios de comunicación, en particular la televisión.
Pensamos que tal problemática, como lo señala el CPV-FENAPRODO no será resuelto con el proceso de descentralización del proceso educativo, si lo que pretende es transferir competencias. Apoyamos los cinco propósitos de carácter ético y de orden instruccionales que presentan y los cuatro objetivos para obtener una educación dignificadora. Asimismo, estamos de acuerdo en que es necesario el mejoramiento y desarrollo profesional del docente, mediante la actualización, perfeccionamiento y especialización, para lograr así una mejor y mayor calidad del sistema educativo.

5.- Se coincide en la opinión de Estrada, Director de la Escuela de Educación, de que si se quiere transformar la realidad, lograr efectividad, desarrollar y perfeccionar habilidades y destrezas, es necesario una visión compartida de la educación. Compartimos que el Estado debe ser el eje de la sociedad educadora y la educación tiene que ser tarea y preocupación de todos, para que pueda ser exitosa, el docente puede enseñar también aprendiendo. Es cierto que las autoridades educativas exigen pasar los objetivos, sin importar si el educando aprende o no y hay que cambiar la educación rutinaria por una centrada en los procesos mentales y morales.
Hay desconocimiento acerca de los centros de atención a los maestros, y de las funciones que realizan, como de actualizar al docente y permitirle que confronte su praxis pedagógica, comparta experiencias; en efecto su labor es en solitario, con poco o sin ningún acompañamiento. Sin duda que no incorpora nuevas tecnologías o ideas en el proceso de enseñar y aprender, por sus ataduras a los contenidos programáticos oficiales y por falta de motivación. Con respecto a la propuesta de autonomía que ofreció el ministerio no se entendió, y la discusión se centraría en saber si ya no se va a tener la misma cantidad de contenidos y si habrá mayor libertad de actuación.
Nos solidarizamos con la necesidad de un educador socialmente comprometido, que convierta los centros educativos en un sitio de verdadera participación y trabajo fecundo, donde se desarrolle la capacidad de aprender y actitudes, se formen valores. Un educador que aprenda al enseñar, que enseñe mejor porque aprende, que su acción se adapte a las condiciones existentes.

6.- Al respecto de lo indicado por Celso Rivas B, no se comparte plenamente que el docente en vez de facilitador debe ser un instructor, gerente y líder que profundice su materia e inspire a sus alumnos; que utilice el contexto cultural y ecológico; que supere la evaluación por objetivos instruccionales para llegar al contrato y la negociación, porque el docente debe ser facilitador , porque su deber es hacer posible o más fácil la transformación de un proceso o tarea, pero además, debe poseer las cualidades de instructor, gerente y líder.
Acordamos que se requiere un enfoque constructivista, de manera que haya exploración e innovación educativa y formación de recursos humanos idóneo, pero diferimos en que sean cuatro las cuestiones que obstruyen las transformaciones en educación, son más y de variadas naturaleza por la complejidad del proceso educativo.
Estamos de acuerdo en que el docente debe enseñar al educando a manejar e interpretar la información humanista y tecno-científica; propiciar un clima estimulante en el aula; utilizar lo que está aprendiendo, por la necesidad que tiene de enfrentar una sociedad tan cambiante; es decir, el aprendizaje debe ser interactivo, proactivo, situacional y significativo para el estudiante y que la evaluación tiene que estar en sintonía con lo anterior, que haya negociación y consenso, dentro de un clima de liderazgo y autogestión, que también sea constructivista.
Nos adherimos a que la esencia del modelo debe ser la autogestión, la negociación y el consenso en referencia a niveles mínimos de logros.

7.- Se comparte lo que señala Lisbeht Canga, Coordinadora Nacional de Recursos Humanos, de que en las últimas décadas se han dado cambios profundos en la ciencia y en la tecnología, en la producción y en el acceso a la información y al conocimiento, pero que la escuela no se ha incorporado. Asimismo, coincidimos en que el docente, a pesar de su un rol activo en el proceso educativo, se la pasa repitiendo conocimiento reproducidos por los libros de textos y debe convertirse en un productor e investigador. Del mismo modo, el alumno en vez de memorizar contenidos, debe desarrollar capacidad para interpretar, razonar y seleccionar los conocimientos.
Es cierto lo que indican las estadísticas oficiales al revelar que cada año más niños abandonan la escuela por causas diversas, pero entre las más importantes está no llegan a dominar su lengua materna y, no entienden lo que leen o lo que escuchan, no son capaces de expresar sus ideas, no entienden el lenguaje sencillo de textos, por lo cual no pueden aprender y el problema se acentúa porque los docentes no están preparados ni motivados, desde lo ético y académico, además, están condicionados a cumplir con unos programas que no permiten creatividad y con escasos apoyos.
Asentimos que ha habido intenciones en procesos de capacitación y actualización, pero los resultados en las escuelas no reflejan toda acción de esta índole. Estas actividades deben orientarse mejor, para la consolidación de valores, basado en el humanismo; de manera que produzca trabajo de calidad, sea autocrítico, con un estilo propio, analice paradigmas, sea honesto respecto a su propia ignorancia y capaz de autoevaluarse.
Admitimos que en general, el acto educativo se ha convertido en algo rutinario, de poco o ningún interés, tanto para el docente como para el educador, de allí la necesidad de una reforma educativa que emprenda el Ministerio de Educación, pero que sea asumida por todas las entidades y personas que integramos la sociedad.

8.- Tiene veracidad lo planteado por la investigadora Olga Ramos, en el evento ideas para el debate educativo, al señalar que la formación y el ejercicio profesional de los docentes es temática permanente de discusión y que cualquier inversión que se haga en el sector educativo tendrá éxito si cuenta con la participación docente.
Aprobamos que siempre se le ha asignado a la educación la función de impulsar el desarrollo nacional, tal como lo muestra el IX Plan de la Nación, pero es poco lo que se aspira del docente al esperar que se convierta en un agente dinamizador del aula, cuando sabemos que tiene mayor responsabilidades.
Reconocemos que la promulgación de LOE, no ha mejorado la calidad del docente, pero no solo por las diversas opiniones de académicos como: Duplá, Borjas, Esté, etc., sino por la baja calidad que se percibe en los educandos, al continuar estudiando y de los profesionales que se incorporan al mercado laboral; sin duda que la formación actual del docente no es idónea y amerita transformación, para que su actuación se convierta en algo novedoso y pueda investigar en y del proceso educativo.
Subscribimos el acuerdo de entre los actores participantes del evento que para lograr lo que se aspira del docente hay que trabajar en tres aspectos: las condiciones de trabajo de los docentes, su formación profesional y las oportunidades de desarrollo en la carrera docente. Así como lo expuesto por Rosenblat de que el docente para exigir tiene antes que enseñar, y para enseñar, está obligado cada día a estudiar, a progresar, a renovarse.

9.- Se comparte lo señalado en los aportes para el debate educativo sobre la constituyente educativa, ya que la educación atravesó por una crisis de credibilidad, agravada por el problema de la deuda externa en el 1982, pero sumado a otros inconvenientes que se venían gestando en nuestra sociedad, como es el caso de la corrupción.
Se reconoce que la educación no es independiente, no se determina a sí misma, y al estar inmersa en el contexto de la Nación y del Estado, para lograr cambios eficientes, efectivos y sustentables hay que plantearlos partiendo de lo que se tiene, de las necesidades urgentes del sector, de la sociedad y del país. Los cambios que se requieren no pueden hacerse sobre un deber ser no factible, sino en el contexto de lo realizable y se solicita, en efecto, un gran esfuerzo colectivo, de todos los que están involucrados en el sector educativo.
Compartimos que hay que satisfacer las necesidades de los educadores en los distintos niveles y sectores del sistema educativo, pero no con un inmediato reajuste salarial; deben ser otras las condiciones, como por ejemplo de asistencia social que fortalezca la dignidad y el reconocimiento del educador. En lo académico, es necesario instrumentar planes de actualización y educación permanente para ellos, e incorporarlos con los educandos y la comunidad nacional bajo el postulado de una sociedad educativa.
Asentimos en los planteamientos que conllevan a: que la escuela no solo sea reproductora de la dominación, sino también a incentivar resistencia, conflictos de intereses, luchas transformadoras; resistencia cultural de estudiantes y profesores, rechazo a la rutina, crítica al autoritarismo, cuestionamientos a los exámenes y las notas como premio-castigo; combatir la dominación en los planes de estudios, librar una batalla contra la estrategias y didácticas, en la organización del aula, en los recursos, en los enfoques y prácticas de evaluación y planificación. Esto permite considerar las siguientes medidas: impulsar la flexibilización curricular, desarrollar una estrategia de articulación entre los niveles y modalidades del sistema educativo así como, modificar su estructura y el clima organizacional, ejecución de formación docente, mejoramiento de las condiciones de los educadores, desarrollo de una organización gremial democrática y unitaria, enfrentamiento de la partidocracia, las corruptelas y politiquerías en el sistema educativo, estimación presupuestaria acorde, implementación de un solo turno y sincerar la matrícula escolar, integración escuela-comunidad, promoción de la educación popular y nuevas orientaciones de los medios de comunicación al servicio del interés colectivo.

10.- Es legítima la opinión del Profesor Sosa, de que la educación se encuentra intensamente afectada por la crisis general de nuestra sociedad. No hay duda, y es consecuencia a: la pérdida de valores y la confusión de principios, tantos en los planos éticos y políticos como sociales e individuales; la negación de nuestra identidad y soberanía y la gigantesca corrupción en toda la administración pública; aunado al desprestigio social, político y académico de la profesión docente y el cuestionamiento de las instituciones educativas.
Convenimos en que la educación, como servicio público, no es la solución a los problemas estructurales, a la integración social de la escuela y de ésta con la comunidad, su incidencia es en la escolarización. El sistema educativo no es el ámbito para los cambios y lograr una educación transformadora.
Pensamos que el cambio educativo, debe modificar los roles que cumplen los actores, la mentalidad y la conducta exterior del docente y del educando. En efecto, se requiere una escuela de trabajo productivo, donde el estudiante elabore sus propios conocimientos, hábitos, habilidades y destrezas; contribuya a la solidaridad, a la amistad y al compañerismo; se introduzcan innovaciones educativas que impulsen el autocontrol, la autoevaluación y la autodirección del aprendizaje. Respecto al magisterio hay necesidad de propulsar su actualización, perfeccionamiento y especialización.

11.- Se coincide en lo expresado por el Profesor Bonilla, de que en los procesos de formación docente y los diversos talleres sobre la reforma educativa para docentes se evidencian incertidumbres en los maestros, ante el proceso de reforma educativa. Son muchas las dudas acerca de los vacios conceptuales, metodológicos y procedimentales, referidos a un epísteme centrado en conocimientos seccionado, omitiendo el holismo del aprendizaje y los saberes previos.
Se acepta el pretender dar respuestas en función a: la intelectualidad, los sistemas de gobernabilidad, las variantes en el discurso reformista y el desarrollo organizacional, pero es sumamente complejo por el desconocimiento que existe en referencia a estos aspectos y por otra parte, se puedan manejar con una perspectiva inadecuada o descontextualizada.
Entender, por ejemplo, el que la educación, deje de ser asunto de expertos para convertirse en un producto de los auténticos autores/actores del acto educativo, no es fácil instituirlo; percibir que la escuela es una primera aproximación a las normas y sistemas de gobierno social, así como a la dicotomía entre conocimientos y saberes, es complejo por la visión tradicional que se tiene de la escuela y de sus actividades; que para el cambio educativo, el objetivo central de la reforma es lograr escuelas eficaces, que dependan del director, será inadmisible por la dependencia que siempre ha existido; modificar la concepción de la escuela como sistema que no interactúa sino que recibe demandas sociales, donde es importante ubicar el enfoque gerencial y el desarrollo organizacional en la perspectiva transformacional holística, es decir, que la reforma educativa sea vista como un proceso en el cual la organización adquiere una nueva cultura política, en un contexto antiburocrático, de participación horizontal, de transparencia en la toma de decisiones y de control colectivo, a través de la dirección colegiada y el aprendizaje compartido, implica grandes reflexiones y rectificaciones, que llevará tiempo conseguirlo .

12.- Se comparte que no hay contradicción en lo que señala el Lic. Enrique Pérez L., de que el conocimiento del mundo social es el conocimiento de una realidad bien determinada por las tendencias de su movimiento y por las imposibilidades que engendra. La vinculación ciencia-vida deberá colocar a los alumnos frente a la problemática de los procesos reales. La vinculación docente-realidad social es la vía para que este sea un promotor para enfrentar los problemas comunitarios y rescatar con esta acción su papel de líder. Es necesario rechazar la positivización del conocimiento y de la enseñanza y el proceso de psicologización en los ambientes escolares.
Se concuerda en la propuesta de pensar en una pedagogía por-venir, en la que la enseñanza no es un acto del docente, sino un acto que involucra el enseñarme, "yo me enseño" en tanto soy capaz de despertar el "otro" que me ocupa, el "otro afectado" por una enseñanza preestablecida y en la cual el "otro" queda fuera y por tanto se afecta por el acontecer de una enseñanza rutinaria, repetitiva. Esta pedagogía que vendrá deberá ser un discurso para rescatar el sujeto del olvido, para ponerlo a pensar en el universo contenido en la totalidad y para redefinirse desde el uno dominado y para redefinir a la pedagogía desde sus bases ontológicas como discurso de la creatividad.
Se comparte que la investigación como método pedagógico deberá convertirse en proceso que permita al alumno relacionarse con la realidad y aprender de ella la explicación científica que induzca al rechazo de un saber artificial y por lo tanto se rompa con un proceso de enseñanza-aprendizaje mecanicista, redimensionando la acción del docente y la práctica pedagógica, entendida como el trabajo académico común entre docentes y alumnos. Una práctica pedagógica que intente rescatar la esencia misma de la investigación y permita un proceso abierto, donde no se frene la capacidad creativa de los alumnos y la indagación se transforme en un importante vehículo para acceder a un conocimiento con participación de alumnos y docentes y rompa con la idea del conocimiento prefabricado.
Argumenta que la pedagogía que vendrá, marcando distancia de la cultura escolar positivista, tendrá que levantar argumentos sobre la formación de un docente autónomo que deje a un lado el vago concepto de heteronimia, y revise los conceptos estelares que definen al conocimiento sobre la educación y el educar.
Se concuerda en que la pedagogía en una propuesta transdisciplinar, ya que la escuela es cruce de saberes que acoge el concepto de transversalidad como búsqueda de una totalidad definida desde una perspectiva de complejidad y que remitie al origen, al principio de la formación de un sujeto para la autonomía. El ser de la interioridad deberá ser rescatado, deberá presentarse a la mirada que lo precede y que a nivel del pensamiento sea conciencia de lo propio, de su punto de vista, de su derecho a estar activo frente a lo real. La pedagogía tiene que rescatar las relaciones intersubjetivas, el encuentro de puntos de vista, de visiones de la realidad que configuran un verdadero aprendizaje.

Análisis Crítico

Todos los autores consultados para el desarrollo de esta memoria critica, con respecto al sujeto pedagógico, basan sus análisis en el marco de la sociedad venezolana de las ultimas dos décadas, en las cuales han ocurrido una serie de cambios importantes en el contexto socio-político de la nación. La mayoría de los autores coinciden en la necesidad de que el docente, facilitador o instructor; deje de ser un impartidor de contenidos y conocimientos, y se convierta en un investigador de los procesos cognitivos de los alumnos, estudiantes o participantes según sea el criterio. Este docente investigador debe ser capaz de orientar a sus alumnos en el desarrollo de las destrezas necesarias, para que ellos a su vez se conviertan en constructores de sus propios aprendizajes, y que a su vez sean capaces de evaluar su propio proceso.
Ahora bien, es este el sujeto necesario en estos momentos de cambio y transformación que vive la sociedad venezolana?, para responder esta pregunta es necesario ir mas allá del marco de la Pedagogía y la Educación, hacia la visión de sociedad que queremos y anhelamos. Si esta coincide con el modelo de sociedad socialista, con sus valores y nuevas formas de organización económico-social, entonces debemos comenzar por plantearnos cuál debe ser el docente requerido en esa nueva sociedad, cuál debe ser su rol formativo y evaluador. Asimismo, cual es el educando critico y reflexivo, consustanciado con su realidad, comprometido con los procesos de cambio y transformación, producto de ese nuevo paradigma por construir que se debe formar.
Es imposible hablar del nuevo Sujeto Pedagógico, en un contexto desconocido, porque primero no tenemos claro cual es el tipo de ‘Hombre’ y de ‘Sociedad “que queremos construir, es imposible investigar, sino estamos claros en lo que debemos investigar, no podemos enseñar, si no sabemos que es lo que se debe enseñar
Será la praxis de los nuevos tiempos por venir, quien determinara la teoría y el conjunto de nuevas categorías, que deberán ser incorporadas a los saberes enriquecedores y liberadores de la nueva sociedad basada en la justicia y la equidad. Será el pueblo empoderado y consciente quien determine, primero, quienes serán los sujetos pedagógicos responsables de la conducción del proceso de aprendizaje y segundo, cuales serán los contenidos y valores propios de esta nueva sociedad.
Es de destacar que los autores o instituciones presentadas abordan al sujeto pedagógico, principalmente, en función al docente y el estudiante, con muy poca relevancia hacia los contenidos de la enseñanza y del proceso de evaluación.

Conclusiones

*.- El sistema educativo en nuestro país ha estado caracterizada por condiciones bien variables, pudiéndose señalar de difícil o preocupante su situación a partir de la promulgación de la Ley Orgánica de Educación (1980), como se puede percibir en las distintas opiniones de los autores consultados y de la cual, además, hemos participados y podemos corroborar. Es innegable que ha habido intenciones, pero solo intenciones, de buscar una transformación favorable, pero no ha sido posible porque han privados otros intereses, principalmente de índole político. Parece que a los gobernantes de turnos le ha convenido o le favorece que la educación no sea idónea o no funcione apropiadamente, para lograr sus propios beneficios y mantener privilegios.

*.- La concepción del sujeto pedagógico referido específicamente a la relación: docente, estudiante, contenidos y evaluación, y del cual se espera un desarrollo propicio, no ha estado al margen de la situación funesta por la que ha transitado nuestro sistema educativo; no hay duda que ha presentado y presenta condiciones ominosas, a pesar de la importancia que tiene para el proceso educativo y que es reconocida por las autoridades gobernantes y demás entidades o personas facultadas para emitir juicios de valor al respecto. En lo particular, han pretendido estudiosos de la educación, como algunos de los consultados en nuestro caso, endilgarle al docente una elevada responsabilidad o la principal razón del deterioro del proceso educativo, aduciendo entre otros aspectos: el no poseer mística de servicio, falta de formación permanente e insatisfacción por su bienestar social. Pretendiendo restarle significación a los otros integrantes del sujeto pedagógico y también responsables del hecho educativo.

*.- Ante la aguda crisis por la que ha atravesado y atraviesa el sistema educativo, el sujeto pedagógico debe ser revisado y construido, en función a nuevos fundamentos del acto pedagógico, tal como lo señala el Profesor Ugas Fermín, en donde se considere la posibilidad de que el individuo se forme aprendiendo, reaprendiendo y desaprendiendo; sustentado a su vez, en otros elementos de la mente como son: valores, actitudes, sentimientos, lo espiritual, etc., es decir, en una teoría del sentimiento. Para ello es necesario implementar un proceso interactivo, participativo y efectivo, soportado en la constitución nacional y en corresponsabilidad con lo establecido en los derechos sociales. Este proceso debe ser asumido por las autoridades educativas, instituciones de formación docentes, educadores, estudiantes y comunidad en general, uniendo esfuerzos para un mejor fin.

*.- Para que el acto pedagógico sea el esperado, deben ser modificados los elementos considerados en el sujeto pedagógico a construir. En referencia al docente debe ser asistido, esencialmente, en lo académico y social, respondiendo a nuevas teorías pedagógicas, las cuales deben estar fortalecidas con una teoría del sentimiento. El estudiante debe ser atendido, especialmente, en lo que es, puede ser y deberá ser; con inmensas posibilidades, receptivo, con influencias decisivas del medio; que posee afectividad, inteligencia, sentido moral, tiene voluntad y es un ser libre que vive su propio mundo, como los señala Vidaurre. Los contenidos, como listado de temas de una asignatura o curso, junto con sus objetivos y las experiencias de aprendizaje sugeridas, deben enseñar a pensar, definir éticamente, permitir desarrollar procesos mentales y morales en los actores educativos, como lo muestra el Profesor Estrada. La evaluación debe considerar otros factores internos del educando tales como: capacidad intelectual, esfuerzo, interés, tiempo de trabajo estudiantil; que permita verificar el rendimiento, determinar los resultados y establecer las reorientaciones necesarias, como lo indica E. Rukoz.

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