jueves, 12 de marzo de 2009

Gestión Participativa de Proyectos Comunitarios


ENSAYO


“Participación y Gestión Social Para la Transformación Emancipatoria”


Caracas, diciembre 2008



Introducción


El propósito con la elaboración del presente ensayo, en atención a la solicitud de la unidad I, del curso “Gestión Participativa de Proyectos Comunitarios”, es lograr una reflexión crítica sobre los elementos que vinculan la participación y transformación emancipadora, en la gestión de proyectos sociales en el marco de la democracia protagónica.
Se señala que la esencia de la gobernabilidad democrática se sustenta en la presencia de los ciudadanos en los asuntos públicos, participar en las decisiones que le afectan, tanto individual como colectivamente. Sin embargo, ha prevalecido en nuestro país la exclusión de la mayoría en la toma de las decisiones. Hay reticencia de una minoría privilegiada, mediante desinformación, manipulación y/o tergiversación, a pesar de la presencia del Artículo 62: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública en el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo…”, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), a reconocer los espacios de participación de los diferentes sectores sociales.
Es necesaria una participación y transformación en toda acción social que permita el disfrute y ejercicio de los derechos humanos, enmarcada desde la planeación hasta la comprobación en el seguimiento; que genere beneficio, desarrollo comunitario, con autonomía, libertad e independencia; para ello debe existir organización entre los individuos, de manera que predomine la equidad soberana y seamos todos importantes; además, cumplir con los deberes consagrados, para una apropiada convivencia democrática y de concordia social.

Desarrollo


Entendemos que lo que somos como individuos y como grupo social, es producto de un largo proceso, que se inició desde el momento de nuestro nacimiento, hasta el día de hoy, que percibimos nuestra responsabilidad y compromiso, en la misión de acompañar y participar en los procesos de transformación y comprensión de nuestra realidad. Esto solo será posible, como señala D´Angelo (2005), a través de que nos consideremos “... personas, [o formemos] instituciones y comunidades que aprendan reflexiva y creativamente, con el fin de lograr condiciones (sociales e individuales) de autorrealización plena, y acorde con principios y valores generales de solidaridad y dignidad humanas, correspondientes a proyectos sociales emancipatorios”.
En este sentido, debe producirse un proceso emancipatorio, que permita al colectivo autonomía política, es decir, lograr que la acción del Estado beneficie a todos los ciudadanos, a través de decisiones e influencia participativa. Ahora bien, participar, indica D´Angelo (2005), es “… estar en algo, ser parte de, decidir, es tomar decisiones y no simplemente ser ejecutor de algo, es ser sujeto en todo un proceso,…”. En consecuencia, la participación es la habilidad fundamental en todo desarrollo comunitario (Kisnennan, Natalio y otros, 1990). En todo caso, debe constituirse en una necesidad, antes de la toma de decisiones como en el momento posterior de ejecución y evaluación, para conseguir un procedimiento de planificación participativa.
Adicional a lo anterior, se puede destacar que en la medida en que el ciudadano se sienta partícipe desde la definición de sus necesidades hasta la enunciación y ejecución de las políticas públicas de su entorno, en la formulación y elaboración de programas y proyectos, comprenderá que participar es algo más que votar, es dialogo, compromiso y convenio, porque la autoridades que dirigen no son dueños de la verdad y pueden incurrir en errores. De allí que, Linares (1996, p.19) señale: “…participar lleva implícito que se produzcan múltiples relaciones de diferentes tipos, que conduzcan a la posibilidad de todos los miembros de un grupo o comunidad de estar informados, de opinar, y lo más importante, de decidir sobre los objetivos, metas, planes y acciones, en cada una de las etapas del proceso…”; esto con la finalidad de lograr trabajo en conjunto, de interacción entre los individuos y así lograr una sociedad justa (D´Angelo V 2005).
Asimismo, hay que entender que el propósito del desarrollo humano es conseguir mejorar la calidad de vida material y subjetiva de la vida humana, en corresponsabilidad fraterna por la vida del otro en comunidad, bajo condiciones sustentables, armónicas y emancipadoras. Es el Estado, como señala el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2007), quien debe garantizar un escenario material para el bien común, certificar que la justicia está por encima del derecho, que la igualdad ante la ley no es un simple formalismo; debe generar una gestión de forma directa a una política social de: inclusión, reducción de inequidad, construcción de ciudadanía, incremento de emancipación colectiva.
Este desarrollo requiere de una nueva persona social independiente, cumplidora y comprometida con su entorno general, con capacidad reflexiva, consciente de sus derechos y deberes; con identificación propia de contorno nacional-global, dispuesta al avance pleno de la esencia humana especifica y que requiere de nuevas representaciones de interacción activa con sus condiciones materiales y espirituales de existencia con su contexto habitual. En tal sentido, resalta tomar como punto inicial de edificación social de valores: la práctica significativa, las insuficiencias e intereses, los hechos del ambiente habitual, en que están sumergidos los individuos; para la exploración de las relaciones y esencias, a la invención de la incoherencia y los problemas morales subyacentes, a la confrontación abierta de las debilidades, carestías e inconsistencias en dispositivos de aplicación o de irracionalidad social (D´Angelo V 2005).
Una efectiva construcción social de valores demanda: reporte de opiniones, denuncias, exigencias, aportes, colaboración y demás información que se produzca; producto de la participación ciudadana de forma individual y colectiva, clasificada por distintos sectores. Se necesitan nuevas fórmulas de participación que motiven a la población y nuevas formas de hacer política, que rompan con el proceso de individualización, y en este sentido, la incorporación de los avances tecnológicos es una opción; ya que, como por ejemplo, a través de una página web institucional se puede conocer el presupuesto y el programa de inversión, que permitirá conocer los avances de la gestión, así como emitir opinión o denuncia por correo electrónico, llamada telefónica y/o fax, sin transitar por agrupaciones vecinales o trasladarse hasta la sede gubernamental (Red Poder Popular, 2007). Esto se corresponde con la posibilidad de canalizar los requerimientos o denuncias de una comunidad y detectar procesos de deterioro, transformación o alertas en aquellos sectores con un índice por encima del promedio de las solicitudes. Además, permite incorporar la participación de los ciudadanos en las diferentes áreas de los niveles de actuación, tanto en la fase de planificación y ejecución de la administración como en la evaluación de los programas y proyectos (Goicoechea, 2001).
En ese orden de ideas, el enfoque de los derechos humanos, mediante estrategias de información, debe generar sujetos autorreflexivos y por ende activos; contribuir a una concepción distinta de la ciudadanía, construir un tipo diferente de naturaleza humana, con capacidad reflexiva, consciente de sus derechos e implementación del Artículo 62 (CNBV, 1999).
Es indispensable comprender e intervenir la realidad social, política, ecológica, cultural, que tiene como lugar de movilización la evolución ética, la práctica como relación, como elaboración de pensamiento pedagógico y labor educativa, de manera que se articule con la realidad concreta; de ahí que exista el desafío de conjugar teoría y praxis, combatir por hacer la diferencia, generar un movimiento social y político emancipatorio, que incluya la formación de un ciudadano al servicio del planeta (Red Poder Popular, 2007). Hay que entender que no es una misión sencilla, ni realizable en el corto y mediano tiempo, ya que los venezolanos hemos estado sometidos a un proceso de transculturización y alienación, donde la bonanza petrolera nos ha mantenido alejados y al margen de los grandes movimientos populares. Durante muchos años nos robaron el sueño, nos hicieron creer que el mundo funcionaba de acuerdo a sus intereses, y no había posibilidades de cambiarlo, solo nos quedaba la resignación de aceptar, ya que “así son las cosas”, y la única forma de echar para adelante era a través del esfuerzo individual de cada uno de los actores sociales, donde la Educación se convirtió en un mecanismo para el ascenso social, y en la oportunidad de salir del barrio, para así poder “ser alguien en la vida”. Rebellato (1998) expresa que: “un proyecto emancipador encuentra una fuente de practicas y teorías en las luchas de los movimientos indígenas, del movimiento ecologista, de los sin tierra, en los movimientos de los derechos humanos y por los desaparecidos, en los movimientos feministas, el movimiento de la filosofía y teología de la liberación, en la educación popular liberadora, en los movimientos juveniles, en el movimiento de los trabajadores, en el movimiento de los sin techo, y en el movimiento de todos los que luchan, porque el sistema les niega la posibilidad de ser”.
Ello implica, en opinión D´Angelo (2005): “…la desenajenación de las relaciones interpersonales y sociales, la transparencia institucional sobre base de compromisos y poderes compartidos, lo que plantea, directamente, el problema de la gestión social y de manera más particular la autogestión como forma de balance de los poderes centrales y locales, individuales, grupales e institucionales, como compensación, diversificación y aportación de emergencias creativas a los poderes centralizados del Estado, en los ámbitos social, económico, jurídico y de participación política.” Los espacios que hoy ocupan los diversos movimientos sociales, tienen alcances imprevisibles para la lógica capitalista, pues ya no son los partidos políticos los que impulsan los proyectos sociales en Latinoamérica, son las comunidades organizadas, los pueblos esperanzados en la posibilidad de otro mundo, mas justo, digno y vivible para todos y todas. Durante estos diez años del proceso revolucionario en nuestro país, el pueblo ha ido tomando conciencia de su papel, y el empoderamiento del que se ha hecho acreedor en estos últimos años, que ha expresado a través del voto, principal arma de la democracia.
Es en este marco interpretativo, señala D´Angelo (2005) que emergen nuevas relaciones entre las formas de participación social, la institucionalidad en que se inscriben y la construcción de subjetividad con orientación comunitaria y con posibilidades de entendimiento, reconstrucción y proyección a nuevas fases de desarrollo social humano. Se trata de avanzar en un modelo social de desarrollo humano, apoyado en las necesidades de expresión efectiva de vidas individuales, en correlación con los proyectos locales, institucionales y al nivel macrosocial. Lo cual sería un progreso superior de los modelos de sociedades participativas, que se apoya en elementos de acción social: autorreguladora, autodirectiva y emancipatoria, favorables de una emancipación integradora para la independencia social.
En esta noción emancipadora, el espacio territorial, la ciudad, los barrios, se convierten en lugares políticos, los procesos de elaboración de poder local indica Rebellato son, a su vez, pasos que dan ingreso a una pedagogía del poder y a una pedagogía del conflicto porque no existe actuación del poder sin incidencia de los problemas. Se requiere de una educación ciudadana para una democracia emancipadora; de un aprendizaje social desarrollador, para revolucionar, en esencia, los procesos de instrucción social; instrumentar de manera específica y concreta los cuatro aprendizajes básicos enunciados por la UNESCO (1995): aprender a aprender, aprender a convivir, aprender a hacer, aprender a ser, respecto a los fines sociales emancipatorios (D´Angelo, 2005).


Conclusiones


Gracias a la elaboración de este ensayo se llega a conocer y reflexionar sobre aspectos de gran relevancia respecto a la participación y transformación con autonomía, en la gestión de propósitos sociales de la democracia protagónica. Es innegable que la participación ciudadana en los asuntos públicos, en las decisiones que le afectan, tanto individual como colectivamente, se ha incrementado a partir de la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; sin embargo, no puede estar limitada al logro de beneficios individuales o a grupos minoritarios, con pretensiones de creer, e imponer, que sus derechos son superiores; de ahí que sería pertinente abordar una postura diferente, que obligue a la reflexión y concientización.
No puede dejar de mencionarse la contradicción que existe entre buscar elevar la calidad de participación ciudadana, y, al mismo tiempo, promover la gestión de proyectos sociales con reducción o limitación de inversión económica. Es necesario, a su vez, que dentro del conjunto de líneas generales, la administración y dirigencia de los planes sociales respondan a una participación y transformación efectiva, para proponer alternativas que muestren un nivel de integración y de estructuración, de manera que se promueva el desarrollo soberano para todos los ciudadanos.
Pensamos que el sujeto protagónico y requerido para una participación social favorable, es un sujeto complejo, con: una psiquis, entorno familiar-social, un sistema educativo, impregnado de mundialización y afectado por una crisis económica, que lo determina; debido a esto creemos que es fundamental el aporte o la especialización de distintas áreas o disciplinas (Sociología, Psicología, entre otras) para elaborar un conjunto de conocimientos que permita abordar la problemática.
Por último, si se analiza la relación que existe entre participación, transformación, emancipación y gestión, comprendiendo de esta manera que están estrechamente vinculados entre sí, y que para que se pueda obtener un buen desarrollo social, a partir de las instituciones y las leyes, deben de funcionar en concordia y concordancia, es indispensable evitar el deslumbramiento y/o complicidad de algunos “técnicos o expertos nacionales”, con orientaciones hacia propuestas de organismos internacionales y, en especial, con dificultades para proponer alternativas que muestren un nivel de unión y de organización como las que imperaron en el pasado. Se necesitan nuevas fórmulas de participación que motiven a la población, nuevas formas de hacer política, que rompa con el proceso de individualización y en este sentido, sería efectivo la incorporación de los avances tecnológicos.

Bibliografía

Alcaldía Mayor de Caracas. (s/f). El Poder Popular. Propuestas para el Debate. Serie
Ensayos. Caracas: Autor.

Constitución Bolivariana de la República de Venezuela. (1999). Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela, 5453, marzo 3, 2000.

D’Angelo, O. (2005). “El Desafío Ético Emancipatorio de la Complejidad”. Lectura
sugerida en el curso “Gestión Participativa de Proyectos Comunitarios”.
Maestría en Educación Robinsoniana, Caracas: UNESR.

Freire, P. (2002) “Pedagogía de la indignación”. Ediciones Morata: Madrid

Goicochea, B. (2001) “Información y toma de decisiones en la planificación y
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Lectura sugerida en el curso “Gestión Participativa de Proyectos
Comunitarios”. Maestría en Educación Robinsoniana, Caracas: UNESR.

Rebellato, José (1998) “Paulo Freire: Educación y proyecto ético –político de
Transformación”. Revista de estudios sociales de sociología aplicada # 110.

República Bolivariana de Venezuela Presidencia. (2007). Proyecto Nacional “Simón

Bolívar” “Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007- 2013”. Talleres de la
Fundación Imprenta Ministerio de la Cultura. Caracas: Autor.

Stelling M. (2005). “Modo Gerencial de la Política Social en la Presente Gestión
Gubernamental”. Fundación Escuela de Gerencia Social. Lectura sugerida
en el curso “Gestión Participativa de Proyectos Comunitarios”. Maestría en
Educación Robinsoniana, Caracas: UNESR.

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