jueves, 12 de marzo de 2009





Métodos de Investigación Social. Zona Gran Caracas

Presentación Digital
Hermenéutica - Fenomenología

Caracas, noviembre 2008

En atención a la acción de aprendizaje, correspondiente a la unidad II del curso “Métodos de Investigación Social”, se elabora la siguiente información y presentación digital, a partir de las lecturas y asignaciones previstas por la Profesora-facilitadora Ana Mª. Morales. En este sentido, se pretende con la actividad la participación en el taller “La Investigación Educativa como herramienta para la transformación de la Realidad Social”, a partir del tema asignado “Hermenéutica y Fenomenología”. La presentación se desarrolla de la siguiente manera: inicialmente se muestran, a modo de conceptualización los términos hermenéutica y fenomenología, luego una síntesis relacional presentes en ellas y finalmente la actitud que muestran ambas respecto: al conocimiento, al investigador y hacia el sujeto.
La hermenéutica es una palabra proveniente del griego hermeneutikós; según Martínez (1989) -lectura sugerida-, su origen es del verbo hermeneuein, que quiere decir “interpretar”. En un comienzo se empleó como el método para construir el significado exacto de lo que se deseaba enunciar en los textos sagrados, más allá de su literalidad. De allí que la primera disciplina en utilizar la hermenéutica fue la teología, posterior la filología, y más tarde se aplicó al arte (Giner y otros, 1998). En palabras de Navas (lectura sugerida) la hermenéutica es una técnica, un arte y una filosofía de los métodos o procesos cualitativos, que tiene como característica propia interpretar y comprender, para mostrar los motivos de conducirse de todo ser humano. A diferencia de las ciencias naturales (física, química, biología), que requieren un conjunto de reglas y medidas experimentales para explicar el universo y los fenómenos de la naturaleza a través de una relación causal entre ellos, las ciencias del espíritu (historia, literatura, economía) son el resultado del comportamiento y la creatividad de los seres humanos y llevan implícito un carga de voluntad e intencionalidad, que no se puede explicar a través de una relación causa-efecto, sino mediante la comprensión e interpretación del sentido y significado de la acción de las personas (Giner, Loc cit). En resumen, se puede decir que el método hermenéutico intenta interpretar los significados básicos y originarios de aquello que no resulta trivial y que necesita ser revelado con fines específicos. Fenomenología es un término que proviene del griego fainomai y logos, que significan, respectivamente, mostrarse-aparecer y razón-explicación. Es un método
filosófico que procede a partir del análisis intuitivo de los objetos tal como son percibido por la conciencia, a partir de lo cual busca inferir los rasgos esenciales de la experiencia y lo experimentado. Es decir, intenta describir los significados (las esencias) tal y como se dan a la conciencia. Es empleado genéricamente para hacer referencia a la simple representación de los fenómenos en sí mismos, entendiendo por éstos no los sucesos físicos sino los hechos significantes, como por ejemplo la percepción, el lenguaje o la religión (Giner, Op cit). Por otra parte, según Cruz V (s/f), significa para su máximo exponente Husserl, y su alumno Heidegger, la exigencia de ir a las cosas mismas, buscar su identidad. Para él es, ante todo, un método de análisis de la vida consciente que recurre a “ese estado de reposo mental por el cual ni afirmamos ni negamos” (epojé) y a la reducción de la esencia (eidética), para aclarar los procesos por los que se componen los objetos como producto de sentido, para esclarecer cómo surgen en el mundo de la vida y para cimentar la objetividad y la validez del conocimiento en la subjetividad trascendental (Giner, Loc cit).
Fenomenología y Hermenéutica son métodos que, entre otros aspectos, hablan sobre la filosofía de la ética. Sus relaciones son complejas, porque según muchos autores aparecen mezclados entre sí y con otros métodos; a saber: fenomenología trascendental (Husserl), fenomenología hermenéutica (Heidegger), hermenéutica dialéctica (Gadamer), hermenéutica ontológica (Heidegger-Gadamer), hermenéutica metódica (Dilthey), hermenéutica semiológica o fenomenología hermenéutica con filosofía analítica (Ricoeur), hermenéutica crítica (Jurgen). Sin embargo, se puede destacar la marcada relación por la preocupación del conocimiento y el lenguaje, lo cual ha sido, desde principio del siglo XX, una importante contribución en la filosofía contemporánea. Señala Herrera Restrepo (2003) que los hermeneutas del presente se sienten deudores frente a la fenomenología husserliana, por la sencilla razón de que, para los primeros, su interés recae sobre el problema de la interpretación del sentido del mundo dado, mientras que la fenomenología es la filosofía de la experiencia a partir de la cual el mundo recibe un sentido. La fenomenología hermenéutica como método de investigación, en opinión de Castillo (2000), se fundamenta en la filosofía de Heidegger; su objetivo es comprender las habilidades, prácticas y experiencias cotidianas, y articular las similitudes y las diferencias en los significados, compromisos, pericias, habilidades y experiencias de los seres humanos.
En referencia a la actitud hacia el conocimiento: Se señala que el proceso hermenéutico se utiliza correctamente a cualquier forma que pueda tener algún significado, como el comportamiento en general, las formas no verbales de conducta, los sistemas culturales, las organizaciones sociales y los sistemas conceptuales científicos o filosóficos. Dilthey (1980) sostiene que la expresión de la vida humana es objeto natural de la interpretación hermenéutica; indica, asimismo, que las operaciones mentales que producen el conocimiento del significado, por ejemplo, de los textos, son las mismas que producen el conocimiento de cualquier otra realidad humana. La técnica elemental sugerida por él es el círculo hermenéutico, que es un movimiento del pensamiento que va del todo a las partes y de las partes al todo, de modo que en cada movimiento aumente el nivel de comprensión: las partes reciben significado del todo y el todo adquiere sentido de las partes. Agrega que el proceso de interpretación y estructuración que sigue la mente humana es altamente complejo y rápido, no podemos precisar técnicas expresas y, menos aún, dispositivos exactos para efectuar estas altas funciones de la persona. Según un antiguo aforismo hermenéutico, “toda comprensión debe ser una mejor comprensión que la anterior”; de este modo, al comprender una acción humana debemos llegar a comprenderla, en cierto modo, mejor que como fue comprendida anteriormente (Nava).
En este sentido, se expresa que a partir del pensamiento de sentido común, en la vida habitual los hombres tienen conocimiento, dividido, contradictorio, con distintos grados de claridad y nitidez, de las diversas extensiones del mundo social en que viven. Pero, una característica de la hermenéutica ha sido la de comprender o hacer comprensible el significado y fin de un contexto entre personas, sustrayéndolos del conocimiento que procede de lo empírico, permitiendo recuperar el sentido de la existencia humana. Para Gadamer (1984), la comprensión hermenéutica se concibe y se da a través del lenguaje y que responde a la necesidad trascendente de hacer predominar la comprensión humana sobre la objetivación natural (Martínez).
Con respecto a la actitud del investigador: Martínez expone que el conocimiento de sentido común, de la vida cotidiana es cuestionable, pero es el único de cuyo interior comienza la labor del investigador. Como la investigación es una acción motivada, en última instancia por razones pragmáticas, la cual le es natural al ser humano en todo intento de conocer las realidades con que convive, ya sea utilizando textos orales o escritos, analizando sus conductas o estudiando los gestos de cualquier naturaleza que expresen su vida, requiere de procedimientos metodológicos apropiados. Así, la introspección, como toda técnica que de una u otra manera se base en encuestas, cuestionarios, entre otros, debe ser complementada con una buena hermenéutica (Nava). Y tener presente que no existe la correcta interpretación (Gadamer).
Respecto a la fenomenología, Sandin Esteban expresa que el mundo donde se sitúa el investigador es en el que las personas experimentan fenómenos; les propone cuestiones de investigación que exploran el significado de la experiencia para los individuos y les solicita que lo describan desde sus experiencias de vida cotidiana, a partir de lo cual recoge datos. Asimismo, El investigador necesita comprender las perspectivas filosóficas que subyacen al enfoque, especialmente estudiar cómo las personas experimentan un fenómeno. La fenomenología no está en última instancia interesada en la explicación. Se preocupa por los aspectos esenciales de tipos de experiencia o conciencia. La investigación fenomenológica enfatiza los aspectos individuales y subjetivos de la experiencia. Su objetivo es descubrir lo que subyace a las formas a través de las cuales convencionalmente las personas describen su experiencia desde las estructuras que las conforman. El informe fenomenológico finaliza con una comprensión en profundidad de la esencial estructura invariante o esencia de la experiencia, reconociendo que exista un significado unificador de la experiencia.
En relación a la actitud hacia el sujeto: Heidegger sostiene que ser humano es ser interpretativo, porque la auténtica naturaleza de la realidad humana es interpretativa, por tanto la interpretación no es un elemento para alcanzar conocimientos, es el modo natural de ser de los seres humanos. Ricoeur (1971), autor que propone a la hermenéutica como el método más apropiado para las ciencias humanas, plantea, como ejemplo, el desarrollo del modelo del texto para comprender el significado de la acción humana; ésta se puede leer como un texto, con los mismos criterios, para comprender a su autor, es decir, para captar el significado que éste puso en él (Nava).
En palabras de Martínez, el ser humano habla de su interioridad mediante revelaciones sensibles y toda expresión humana sensible, refleja su interioridad. No percibir, por tanto, en una revelación, acción, hecho histórico o social esa dimensión interna es semejante a no comprenderlo. Acota que una distinción de la hermenéutica ha sido la de comunicar un mensaje de un sujeto a otro, de traducir y volver perceptible un mensaje de un interlocutor a otro, como el interprete de otra lengua. Por tanto, estudio de los aspectos internos del sujeto como sus emociones, afectos, gustos, arte, cultura, entre otros, viabilizan a la hermenéutica extender su campo de estudio. Con esta orientación el enfoque hermenéutico de Gadamer (s/f) señala que el ponerse de acuerdo con el otro es lo más trascendental y dicho acuerdo se consigue mediante el lenguaje, la acción comunicativa a través del habla. Agrega que la formación no quiere decir solo cultura, esto es, desarrollo de capacidades y talentos, sino reconstruir al hombre y su ser en sí mismo.
Referencias
Dilthey, Wilheim (1900). Die Entstehung der Hermeneutik. En Gesammeelte Schriften,
vol.V, Stuttgar, Teubner, citado por Ferreraris, M., p. 18.

De La Cruz V., Antonio (s/f). El Giro Hermenéutico de la Fenomenología: De Husserl
a Heidegger.A parte Rei. Revista de Filosofía. [En línea]. Disponible en:
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/cruz38.pdf. [Consulta: 2008, Noviembre 11].

Gadamer, Hans-Georg (1993). Verdad y método, t.I: Sigueme, Salamanca.

Heidegger, M. (s/f). El ser y el tiempo. FCE, México, 1974.

Herrera R., Daniel (2003). Fenomenología Y Hermenéutica. [En línea]. Disponible en:
http://www.pedagogica.edu.co:8080/w3/storage/folios/articulos/folios17_04arti.pdf.
[Consulta: 2008, Noviembre 11].

Martínez M., M. (s/f). Hermenéutica y Análisis del Discurso como Método de
Investigación Social. Lectura sugerida. Maestría en Educación Robinsoniana.
UNESR.

Navas Ortiz, J. (s/f). La comprensión hermenéutica en la investigación educativa.
Lectura sugerida. Maestría en Educación Robinsoniana. UNESR.

Ricoeur, P. (s/f). Hermenéutica y estructuralismo. Megápolis, Buenos Aires, 1975.

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